Ordenación Sacerdotal de Tomás Mi

Era de tarde y una densa niebla cubría el tesoro escondido ante nuestros ojos; de momento, como habiéndonos trasladado en el tiempo, y como si el discurrir de éste fuera detenido por algún sortilegio, contemplamos una torre en el horizonte que anunciaba la llegada al Castillo de san Francisco Javier. El pasado sábado 7 de septiembre, el Seminario San José se congregó junto con la Iglesia de Navarra y fue testigos de uno de los dones más preciosos y sagrados que Jesucristo nos regala, el Sacerdocio Ministerial. En este caso la Ordenación Sacerdotal de un compañero chino.

Realmente toda Ordenación tiene por sí misma una cierta alegría y regocijo. Pero esta alegría de poder tener a otro Cristo en la tierra se le adjudica a que este hijo de Dios ha sido llamado desde las lejanas tierras para nosotros, de China.

China, país devastado, como otros tantos, por la persecución a la Iglesia Católica. Cuando escuchamos la palabra persecución y nos parece que estamos viajando en el tiempo, a siglos antiquísimos. Pero la realidad es que hoy China vive esta triste tragedia.  

A pesar de esto, todavía nacen vocaciones al sacerdocio; uno de estos casos es el de Tomás Mi. Recemos por este joven sacerdote, para que sea siempre fiel a su ministerio. Que sea ejemplo para nosotros sobre cómo debemos cuidar y llevar a buen término la vocación a la cual Dios nos ha llamado.