Ordenación Sacerdotal P. Josue Colón y P. Diego de la Texera

agosto 04, 2018

Una multitud de feligreses, junto a una hilera de sacerdotes de la Diócesis de Arecibo, celebró con júbilo en la mañana del sábado, 4 de agosto en la Catedral de Arecibo la histórica ordenación sacerdotal de Josué Efraín Colón y Diego Francisco de la Texera Rojas, quienes a los 27 años de edad se convirtieron en los dos nuevos sacerdotes de la zona.

La transmisión en vivo por Facebook Live contó con más de 8mil seguidores.

“Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec”, se proclamó durante la lectura de la Carta a los Hebreos 7:17.

“Aquí estoy”, respondieron los candidatos al sacerdocio cuando se les pidió que se acercaran, para ser recibidos por el Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, en nombre de la Iglesia Católica. “Con la ayuda de Dios y de nuestro Salvador Jesucristo, elegimos a estos hermanos nuestros para el Orden Presbiteral”, dijo el Obispo.

Durante la homilía, el Obispo citó uno de los discursos del Papa Benedicto XVI durante el Año Sacerdotal, haciendo referencia a que precisamente el día de la ordenación, 4 de agosto, se celebra la memoria del Santo Cura de Ars, a quien el Papa Emérito dedicó aquél año 2009.

“De la santidad dependerá la eficacia misma de la misión que hoy comienzan”, les dijo el Obispo a los hoy Padre Diego y Padre Josué.

“¡Qué grandeza encierra el ministerio sacerdotal!…. ¡Qué cosa tan grande es el sacerdocio!… si se entendiera en la tierra, se moriría, no de susto, sino de amor”, citó el Obispo del Santo Cura de Ars, San Juan María Vianney.

“Diego y Josué, eso deseamos. Que ustedes sean sacerdotes que la gente vea celebrar la Misa, detenerse en adoración ante el sagrario y pasar muchas horas en el confesionario”, explicó al citar cómo el Santo Cura de Ars recibía a todos los feligreses que llegaban a confesarse. Además, los llamó a ser servidores humildes, fieles, “abandonados en la misericordia de Dios”, pues “Dios es el que llama”. En esa línea, citó como el Santo Cura de Ars estaba “enamorado de Cristo”, lo que se tradujo en amor por sus feligreses. “Sólo enamorado de Cristo el sacerdote podrá enseñar a todos esa unión, esa amistad íntima con el maestro”.

Entonces, comparó el “sí” de María en la encarnación, con el “sí” del sacerdote, pues “Dios no actúa en contra de la voluntad de la criatura”. Al respecto, amplió cómo Dios entró al mundo por el sí de María y se hace presente en la Misa por el sí del sacerdote. Acto seguido, llamó a orar para que Dios conceda a la Iglesia sacerdotes santos y porque Diego y Josué se conviertan en sacerdotes a imagen de Jesús.

Luego de la homilía, los candidatos se postraron con el rostro en el suelo, en señal del amor y humildad a Dios.