En la Basílica de Nuestra Señora del Pilar

A orillas del río Ebro se levanta la imponente Basílica del Pilar, joya del arte barroco en Aragón. Según una venerable, y antiquísima tradición, la Virgen Maria, cuando todavía moraba en Jerusalén o en Éfeso con san Juan evangelista, antes de su gloriosa Asunción a los cielos, llegó a Zaragoza a consolar al apóstol Santiago.
Como fruto de su predicación del evangelio en la Hispania romana, el apóstol amigo de Jesús se encontraba con los primeros convertidos a orillas del Ebro (los siete varones apostólicos), pero   comenzaba a preguntarse si tenía sentido seguir predicando el mensaje de Cristo en esta tierra, donde había encontrado resistencia  de oídos y corazón. Cuando por el desánimo iba a perder su entereza, vio a María, la madre de Dios, en una gloriosa aparición, rodeada de ángeles que venía para confortarle y renovar sus ánimos. La santísima Virgen entregó a Santiago el pilar, una columna de jaspe que hoy sostiene su imagen, como símbolo de la fortaleza que debe tener la fe. Desde tiempo inmemorial estos hechos se sitúan en la noche del 2 de enero del año 40 de la era cristiana, visitando la Virgen en carne mortal al apóstol. La columna o pilar será la "primera piedra" del templo mariano que es hoy cuna de la hispanidad y referente de la transmisión de la fe en España: así el apóstol del "Finisterrae" se convierte al amparo de la Madre del Señor en padre en la fe de cuantos rezan a Dios en español.
Este magnifico lugar, el Seminario San José tuvo la oportunidad de visitar el 30 de mayo de 2012, como colofón del mes de mayo.