OFRECEMOS LAS PRIMICIAS CON GRATITUD




En la solemidad de Pentecostés del presente 2022, día de presentar al Señor los primeros frutos de la tierra, nos despedimos de los visitantes del blog, pues cesan nuestras actividades como Seminario diocesano, y por tanto no se harán entradas nuevas. 

Agradecemos al Señor estos diez años de convivencia fecunda en Pamplona (España), a la diócesis navarra que nos ha acogido con tanto cariño, a la Universidad de Navarra que ha formado nuestros seminaristas desde 2012 hasta hoy y al obispo emérito de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, que impulsó esta experiencia apostólica en su batalla por la santidad de los sacerdotes y la formación de excelencia de su clero diocesano.

Agradecemos a todos los bienhechores (madrinas y padrinos) de la diócesis arecibeña y del CARF que han sostenido estos años la buena marcha del Seminario diocesano de Arecibo “San José”.

La presente web es testigo de lo que han sido estos años de crecimiento en una comunidad cristiana en torno al único Sacerdote; es por eso que quedará accesible, aunque sin nuevas entradas: hay abundante material formativo vocacional y acceso a otros portales de interés. 

Les ofrecemos el texto de la oración por las vocaciones que hemos rezado a lo largo de estos años, diariamente, y que plasma de alguna manera el ideal formativo que nos ha inspirado:


ORACIÓN DIARIA POR LAS VOCACIONES

 

Señor Jesús, Hijo de Dios y Maestro nuestro, *

que pides nuestros labios para glorificar 

al Padre que por tu Amor nos creó; *

que buscas manos para hacer nuevas las cosas 

con nuestro trabajo diario, *

y quieres seguir predicando entre los hombres la paz,

usando prestados nuestros pies: **

por la fiel intercesión de san José, * 

modelo y protector de todos los llamados, *

te pedimos que conviertas nuestros corazones a tu misericordia *

hasta que logres escribir en ellos, vivo, tu evangelio,**

de modo que quienes nos conocen te reconozcan; *

quienes nos oigan, te escuchen;  *

y quienes nos encuentren, te bendigan: **

sólo así, la madre Iglesia tendrá *

sacerdotes dignos de tu confianza, * 

seminaristas generosos en su entrega, * 

y cristianos alegres de tu elección,  *

hasta que podamos verte, gozosos, cara a cara, *

con tu Madre santísima en la majestad de Dios. Amén









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