Doble ordenación diaconal

Los seminaristas de la Diócesis de Arecibo Miguel Alejandro Rodríguez Soto y Jhan Carlos Soto González se ordenaron el sábado, 8 de enero, diáconos transitorios, como parte de su caminar hacia el cada vez más cercano orden sacerdotal.


La Misa presidida por el Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, se celebró en el Santuario Diocesano Virgen del Perpetuo Socorro en Quebradillas.

Momentos antes de la ordenación, el hoy diácono Miguel dijo en un aparte para el periódico Buenas Noticias, sentir agradecimiento y esperanza. “En primer lugar el agradecimiento brota desde lo profundo del corazón ya que reconozco que el ministerio que se me encomendará es puro don de Dios, al tiempo en que recuerdo a todos los que de alguna manera u otra han intervenido en mi proceso formativo, con la oración y también con su ayuda material. La esperanza proviene de la conciencia de que es Dios quien ha conducido mi vida hasta este momento y la seguridad de que mi vida está en sus manos. De este modo, he encontrado consuelo en aquella oración atribuida a San Agustín ‘Pídeme lo que quieras y concédeme lo que me pides’”, afirmó Rodríguez Soto.
Al respecto, dijo confiar que Dios “nos concederá la gracia para responder a su llamada con fidelidad”. “Al mismo tiempo, pienso en cómo el Señor sigue llamando hoy a muchos para consagrarse a Él en la vocación sacerdotal y rezo por los jóvenes, particularmente los que en nuestra diócesis participan de los talleres vocacionales y del Preseminario”, recordó.


De su parte, el hoy diácono Jhan Carlos dijo sentirse “muy contento y agradecido con el Señor que me ha llamado”.
“No hay manera de expresar la alegría que encontramos cuando seguimos al Señor. Sabiéndome indigno le he respondido con un ‘sí’ a esa llamada. Un ‘sí’ que trataré de acrecentar y reafirmar cada día de mi vida”. En esa línea, pidió que “recen mucho por nosotros para que seamos muy fieles al ministerio que Dios nos ha llamado”.

Al inicio de la ceremonia, el Obispo pidió en oración que su sí al servicio a Dios y a los hermanos sea como el sí de María, “humilde y fiel”. Durante la homilía, explicó que “fortalecidos con el don del Espíritu Santo”, los nuevos diáconos auxiliarán en el anuncio de la palabra, servicio del altar y ministerio de la caridad, “mostrándose servidores de todos”. Destacó que el Señor Jesús les dio ejemplo, para que “lo que Él hizo lo hagan también”. De ese modo, exhortó a que sirvan con alegría.

“Servir es dar su vida por los otros, es entregarse a los otros. Servir es darse uno mismo por amor”, reflexionó el Obispo Arecibeño. “Ya en la anunciación, vemos a la Santísima Virgen llena de disponibilidad al servicio, ella se proclama la esclava del Señor”, destacó. “Ella entrega toda su vida para cumplir la tarea que Dios le encomienda por el ángel”, prosiguió al puntualizar que María “se olvida completamente de sus propios intereses”, acude al auxilio de Isabel y se queda tres meses a su servicio.“Ponerse al servicio de Dios es ponerse al servicio de todos”, amplió.En esa línea, destacó que lo más importante del servicio de María a Isabel “fue llevar a su Hijo que había sido concebido en su seno por obra del Espíritu Santo”.

“Ésa será la clave y la gran diferencia en el servicio que ustedes hermanos deberán prestar a Dios. Su mayor servicio será llevar a Cristo a los demás”, resumió el Obispo. Destacó que por el celibato le resultará más fácil servir a Dios y a los hombres sin dividir su corazón. De ese modo, concluyó: “No se dejen arrancar la esperanza de la fe”.

Con la imposición de manos del Obispo y tras pronunciar la oración consagratoria, quedaron transformados en diáconos.











Fotos: Rafy Colón-González 








 





 



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