San José, nuestro padre y señor...
El equipo de formadores y los seminaristas damos gracias a Dios por la oportunidad de poder disfrutar de un estupendo día. El compartir fraterno se hizo fecundo gracias a la disposición de cada uno por dar lo mejor de sí. La liturgia fue el espacio de adoración en el cual pudimos unirnos a todos ustedes. Agradecemos su compañía espiritual.
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