Herir al pastor, escandalizar las ovejas


Ante la calumnia mezquina que se ha desatado en Puerto Rico contra nuestro pastor y obispo Daniel, queremos ofrecer para familiares y amigos de los seminaristas nuestra posición, en completo respaldo a nuestro obispo, a quien admiramos especialmente en estos momentos de persecución por causa la justicia y de prudente defensa tanto del buen nombre de la Iglesia como de los muchos sacerdotes que viven sin espectáculo su fidelidad diaria al ministerio.



Como mejor comentario, no dejamos de pensar en el evangelio que se proclamaba el día que comenzó esta campaña mediática, el lunes 27 de enero del 2014, ya que la resistencia a la verdad conocida es un pecado contra el Espíritu Santo, según el catecismo católico. Por otra parte, la moral cristiana exige la reparación de los daños causado, para poder recibir el perdón de Dios; además la acusación falsa al propio obispo un delito gravísimo contra la unidad de la Iglesia.

Lunes de la III semana del tiempo ordinario (Evangelio según Marcos 3, 22-30):
Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.» Él, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.» Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo.»

Como aparece en esa gran escena imperecedera de la película “Un hombre para la eternidad”, santo Tomás Moro reprocha a su acusador calumnioso: “Me duele más tu perjurio que mi condena”. Dios conceda a todos los que colaboran en el mal suficiente arrepentimiento para no envilecer más la propia conciencia, el santuario más sagrado de Dios.



Sobre los detalle particulares, que no nos toca a nosotros juzgar, nos limitamos colocar un artículo bastante objetivo del vaticanista Andrés Beltramo en “Vatican Insider” de hoy.

Puerto Rico: obispo se defiende por acusaciones de abuso.

Fuente (8-II-2014): http://vaticaninsider.lastampa.it/es/en-el-mundo/dettagliospain/articolo/porto-rico-puerto-rico-puerto-rico-31905/

Tengo mi conciencia tranquila”. Es el descargo del obispo puertorriqueño de Arecibo, Daniel Fernández Torres, ante una denuncia en su contra por abusos sexuales a menores. De una manera sospechosa la abogada de la supuesta víctima revivió el caso en la prensa, pero en realidad El Vaticano ya había cerrado la investigación. Por eso la defensa del prelado: “Todo es parte de una venganza en mi contra”.

El caso explotó hace unos días cuando la abogada Agnes Poventud aseguró en una entrevista radial que “existe una denuncia que está siendo investigada por la Congregación de la Doctrina de la Fe de la Santa Sede”. Pero su señalamiento resultó extemporáneo y raro. Entre otras cosas porque reconoció que la víctima “no desea emprender un proceso civil” contra el obispo para evitar “un espectáculo mediático”.

La situación se tornó más extraña porque salió a la luz justo después que Roma emitió un decreto de expulsión del sacerdocio contra José Colón Otero, al final de un proceso eclesiástico que duró unos tres años. A finales de enero el propio obispo de Arecibo comunicó la sentencia al sacerdote, quien personalmente se encargó de aclarar que sí se le investigó por abusos sexuales pero que, de ese delito, fue exonerado. “En el decreto, el obispo de Arecibo pide la expulsión de mi estado clerical porque violenté el sigilo sacramental a unas personas (revelar el secreto de confesión). De los cargos que me imputaban de toda índole sexual quedé exonerado”, precisó Colón.

Según el decreto emitido por la Santa Sede, el presbítero tiene hasta el próximo 14 de marzo para apelar la sentencia. Por lo tanto el fallo no es definitivo. “Eso es un sentencia en primera instancia que sale del obispo de Arecibo y solicitada por él a la Santa Sede en Roma. Eso no es final y firme porque eso da un recurso de apelación. Ese recurso de apelación establece que tengo 60 días para poder responder a ese decreto y en ese proceso me encuentro. Eso es parte de un proceso canónico que aun no ha finalizado”, agregó el clérigo.

Por lo pronto, junto con Colón la Santa Sede ha aplicado sentencias de expulsión del sacerdocio por motivos de índole sexual a otros cinco sacerdotes: Tomás Pagán, Andrés Dávila, Edwin Mercado, Pedro Hernández y Efraín Montesino. Un número sorprendente elevado para una pequeña diócesis ubicada en una isla. Todos estos casos han sido atendidos por el obispo ahora denunciado.

En este contexto se entiende la defensa de Fernández Torres, quien dio la cara y afirmó: “Hace tres años tuve que atender asuntos muy lamentables relacionados con denuncias por conducta impropia en contra de algunos miembros del clero. Aplicamos con firmeza las medidas correspondientes para hacer justicia, que incluyeron la expulsión del estado clerical de varios sacerdotes. Es en medio de esto que surge esta queja totalmente falsa por una persona que no conozco”.

Obviamente, se trata de una venganza por motivo de las decisiones que he tenido que tomar desde el momento en que asumí la dirección de la diócesis, donde la situación que encontré no fue la más favorable, como ya ustedes conocen, y esta venganza es parte de ese lastre. Jamás imaginé que las cosas pudieran llegar hasta el punto de la calumnia y de la vil mentira, pero sé que si al mismo Jesucristo lo crucificaron y lo humillaron por ser Él mismo la Verdad, el escarnio es parte de los seguidores de Cristo”, agregó.




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