Un católico nunca se quita, escrito por un joven de 15 años
Yo soy
un joven de 15 años y, a pesar de lo que está pasando, mi fe sigue
firme, jamás va a tambalear porque mi casa está construida sobre
roca firme y no sobre arena; por eso, cuando vino la tempestad no se
destruyó mi casa, al contrario, se quedó intacta.
A esos
jóvenes que sientan una inquietud hacia el llamado de Dios, yo les
digo que no tengan miedo por lo que gente diga. Yo sigo firme en este
llamado que siento; realmente no me importa lo que la gente diga por
lo que yo quiero ser. Si lo que está pasando y todos los reportes
mal intencionados de la prensa te hacen tambalear, solo les digo que
estén preparados para lo que venga, porque decirle SI al Señor a
este llamado es como dar un paso a ciegas: solo hay que tener fe en
Él.
Tenemos que "hacer lío , ser valientes y simplemente seguir pidiéndole al el Señor que nos guie para descubrir lo que Él quiere de nosotros.
Tenemos que "hacer lío , ser valientes y simplemente seguir pidiéndole al el Señor que nos guie para descubrir lo que Él quiere de nosotros.
Hace unas semanas atrás mi madre me preguntó: "¿Que tú piensas de la situación que está pasando actualmente en la Iglesia?" Yo simplemente le dije: "Yo estoy claro: Dios no falla, la Iglesia no falla, quien falla es el hombre; hombres que no son fieles a su ministerio y que no ejecutan su función correctamente. Y también de la prensa que parece que se aburrió de no tener ninguna historia y decidieron hacer una, para animar las cosas y tener algo de que hablar."
A toda persona que lea este breve mensaje le digo que un católico simplemente no se va a quitar a causa de esto; al contrario, vamos a ignorar todos los comentarios mal intencionados y a darle de frente, porque nosotros tenemos que ser firmes a nuestra fe y no dejar que nada ni nadie haga cambiar esto.
Otra propuesta que les hago y les dejo en sus manos es, que por lo que estén escuchando en las noticias, yo no quiero que ustedes miren con desconfianza ni a los obispos, ni a los sacerdotes, ni a los seminaristas. Como dijo el papa Francisco: ¿Quién soy yo para juzgar? Un buen amigo, en una ocasión que yo estaba molesto por algo que habían hecho para perjudicarlo a él, me dijo: "No te preocupes; hay una justicia que nunca falla, la divina; y a esa yo me encomiendo". Por eso hay que perdonar y orar por aquellos han traicionado su vocación y tanto dolor ha causado a víctimas inocentes, por la prensa, y también por las personas que tal vez hayan acusado falsamente a un sacerdote o a un obispo.
Lo
último que les debo pedir es que oren mucho por sus sacerdotes, para
que perseveren y sean siempre santos sacerdotes según el corazón de
Cristo; oren por su obispo, para que nada de lo que diga la prensa ni
las noticias lo haga tambalear. Y por último, si quieren realmente
convencerme a mí, al Papa y a Dios que de verdad vivieron el Año de
la Fe, con todo su corazón demuéstrenlo ahora, ayudando a sus
sacerdotes a seguir hacia adelante, y a su obispo que siga
perseverando: porque un católico nunca se quita.
Que Dios y María les continúe bendiciendo,
John P. Pecinkas Miranda
Ciales, P.R.
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