Fue dormir apenas una hora y media, y salir a la una y media para la “madrugá”. La madrugada del
viernes santo, cenit de la semana santa en Sevilla, son las horas más intensas; en ellas se veneran los
“pasos” más antiguos y se experimenta el mayor fervor.
Llegamos a la residencia sacerdotal donde nos hospedábamos a las nueve de la mañana, desayunamos y
descansamos luego hasta la una de la tarde, hora de rezar la liturgia de las horas.
Celebramos
los oficios de la pasión y muerte de nuestro Señor como ayer en
distintas parroquias.
La
lectura de la Pasión, así como la adoración de la cruz indican
siempre, en el camino y proyecto formativo del seminarista, el alto
monte al que se asciende con esfuerzo para morir a lo que ensombrece
la configuración a Cristo sacerdote, cuyo altar ha sido el viernes
santo y lo será siempre la cruz.
Luego de la celebración continuamos venerando los distintos “pasos” que no finalizaron sus trayectos
hasta pasada la medianoche.
1) Celebracion de la pasión del Señor en la Basílica Jesús del gran poder
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